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Métodos tradicionales para manejar la hemorragia posparto

INTRODUCCIÓN

Cuando la fisiología del parto es respetada, el riesgo de hemorragia posparto se reduce y no es necesario el manejo activo. Pero también sabemos que no importa cuán fisiológico sea un parto, la hemorragia posparto se va a producir en algunas mujeres  y la matrona tendrá que manejarlo de alguna manera. Hoy en día, las matronas llevan consigo medicamentos para poder manejar distintos problemas que puedan surgir, pero hay lugares en donde los medicamentos no están disponibles o bien a las matronas no se les permite hacer uso de ellos. Cuando esto ocurre, la placenta, hierbas medicinales y distintos métodos manuales de compresión uterina son herramientas muy útiles para detener hemorragias.

El 70% de las hemorragias posparto son causadas por atonía uterina, haciendo la vasoconstricción el principal objetivo de las hierbas medicinales que se van a utilizar para detener el sangrado.

Debido a que cuando el útero está vacío se contrae de forma más eficiente, para que se produzca la vosoconstricción, es preciso que el primer objetivo sea el alumbramiento de la placenta.

El primer paso para asegurarnos de que se produce una separación y alumbramiento de la placenta rápidos es NO HACER NADA, simplemente mantener el cordón umbilical intacto y preservar la privacidad y la intimidad. El corte tardío del cordón umbilical unido al mantenimiento de la madre y el bebé juntos, reducen la probabilidad de que se produzca una hemorragia.

Es recomendable mantener el cordón umbilical intacto incluso durante el proceso de resucitación. Siempre que madre y bebé estén bien, mantener el cordón intacto facilitará que se produzcan cambios hormonales, contracciones uterinas y finalmente el alumbramiento de la placenta.

Si no se produce el alumbramiento de la placenta y se produce sangrado, se deberá intervenir en el domicilio administrando las hierbas adecuadas (en forma de tintura 1Ml) siempre que la madre y el bebé se encuentren estables.

Una mujer sana con un peso normal puede perder hasta 1L de sangre en el puerperio inmediato sin experimentar ningún síntoma. Pero existen señales claras que indican que la mujer está perdiendo demasiada sangre: piel pálida, labios azulados, nariz y cuello fríos y sudorosos y respiración rápida, aunque la primera señal suele ser el incremento del pulso (>100). También puede producirse un descenso de la presión sanguínea.

Existen varios factores que pueden contribuír a un exceso de sangrado: agotamiento de la madre, parto prolongado, uso de fórceps, medicamentos, anestesia o inducción (sea esta mediante medicamentos o hierbas), vejiga llena, sobrehidratación, fluídos intravenosos, temperatura del agua demasiado elevada, pinzamiento del cordón umbilical demasiado rápido, oxitocina y uso de distintas hierbas.

Para prevenir la hemorragia, es recomendable vaciar la vejiga cuando se acerca el momento del parto, beber líquidos, comer (son recomendables la miel, los zumos y los dátiles) y tener un parto fisiológico, normal, no dirigido. Es esencial el pinzamiento tardío del cordón umbilical, que la madre y el bebé estén juntos, piel con piel y que el ambiente se mantenga calmado y tranquilo.

En la fase del alumbramiento, la placenta puede salir al exterior de forma espontánea, natural, realizando el corte tardío del cordón umbilical y sin tracción controlada del cordón, o bien la placenta es extraída de forma activa, mediante el uso de oxitocina, con el inmediato pinzamiento del cordón umbilical y con tracción controlada del cordón durante las contracciones. En relación a esto, un estudio realizado en Nueva Zelanda con 16000 mujeres ha mostrado que el manejo activo y controlado de la placenta no tiene beneficios para las mujeres de “bajo riesgo”, concluyendo que existe un doble riesgo de experimentar pérdidas de sangre mayores de 1L en este grupo de manejo activo de la placenta.

Varios estudios también concluyen que la tracción controlada del cordón no es efectiva y no reduce la hemorragia comparado con el alumbramiento fisiológico de la placenta.

El sangrado puede provenir bien de la placenta o de un desgarro cervical o vaginal. Cuando el sangrado proviene de la placenta, se produce la separación de la placenta pero el útero, incapaz de contraerse, no es capaz de expulsarla al exterior. Para facilitar la separación de la placenta y su expulsión se debe producir una contracción que controle el sangrado. Se debe masajear el útero con toda la mano abierta y sostenerlo en el momento de la contracción, utilizando la técnica de Effleurage.

Para provocar contracciones para que el útero pueda vaciarse, se pueden utilizar oxitocina y distintas hierbas, aunque también existen otras maneras más naturales de vaciarlo como ponerse “a cuatro patas”, de pie ( si la madre se encuentra estable), pujos dirigidos, tracción controlada del cordón umbilical ( esta solamente se realiza después de que ha habido señales de separación de la placenta, mientras el útero es estimulado para contraerse y solamente durante una contracción) y la técnica de Brant Andrews.

Si existe una emergencia y es necesario remover la placenta de forma manual, lo mejor es transportar a la mujer al hospital, ya que se le puede causar una hemorragia severa y requerir cirugía o transfusión de sangre. Es muy importante mantener el útero contraído tanto como sea posible para disminuír el sangrado, manteniendo el útero comprimido, a la vez que se reponen fluídos y se mantiene a la mujer en posición supina o posición Trendelenburg con el bebé lactando. Cuando la placenta es expulsada y si el útero se mantiene contraído, el sangrado se detiene.

La atonía uterina se produce cuando la placenta se separa total o parcialmente y no se producen contracciones después de esa separación. La sangre continúa fluyendo y el útero está suave y voluminoso. Puede que la sangre esté retenida, así que es recomendable observar el color de la piel de la mujer, tomar su pulso y medir la altura del fundus, ya que se puede producir un deterioro de forma inmediata. Mientras la placenta no ha sido expulsada, se puede realizar la compresión externa del útero, aunque es recomendable combinar la compresión externa e interna.

Por lo tanto es muy importante recordar los siguientes puntos: 1. La vejiga debe vaciarse ya que una vejiga llena previene las contracciones e incrementa el sangrado. 2. Incrementar fluídos poco a poco. 3. Monitorear el pulso. 4. Ponerse en una posición supina o Trandelenberg. 5. Tener en cuenta que el sangrado puede repetirse en 1 o 2 horas.

TRATAMIENTOS TRADICIONALES

Receta de rehidratación: 1/2 cucharada pequeña de sal, 8 cucharadas pequeñas de auténtico azúcar, 1L de agua filtrada.

Hierbas medicinales:

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– Hamamelis virginiana: Muy útil si se utiliza antes del alumbramiento de la placenta (20 gotas debajo de la lengua). Se puede administrar junto con Angelica sinensis para controlar el sangrado antes del alumbramiento de la placenta.

– Angélica sinensis: Muy utilizada por matronas alrededor de todo el mundo (30-50 gotas debajo de la lengua) libera la placenta a la vez que tonifica el útero y relaja el cérvix.

– Cohosh Caulophyllum: hace que las contracciones sean más fuertes.

– Capsella bursa-pastoris: Es la hierba antihemorrágica más efectiva. Se utiliza después de la expulsión de la placenta. Hace que las contracciones sean más fuertes y favorece la coagulación de la sangre. El sangrado después del alumbramiento de la placenta es más sencillo de tratar porque el útero está vacío. Esta hierba posee propiedades homeostáticas y vasoconstrictivas, así como un tiempo de actuación rápido (15 segundos). 1mL de esta hierba en forma de tintura debajo de la lengua detiene la hemorragia posparto en un tiempo que oscila entre 5 y 30 segundos. Si con la primera dosis no se obtienen resultados satisfactorios, administrar por segunda vez 1mL de esta hierba junto con 1/2 mL de pimienta.

– Trillium: Hace que las contracciones sean más fuertes.

– Gossypium thurberiHace que las contracciones sean más fuertes y se produzca la expulsión de la placenta. ( Administrar 1 mL).

– Pimienta: Nunca debe ser utilizado como único remedio para detener la hemorragia. Estimula la circulación, estabiliza el sistema y lo prepara para poder administrar otras hierbas, que actuarán de forma más rápida. Es un excelente catalizador pero no es un vasoconstrictor. Hace que las contracciones sean más fuertes, regula la presión arterial y trata el shock. También tiene propiedades homeostáticas que hacen parecer que el sangrado se ha detenido, cuando en realidad puede que la hemorragia vuelva a producirse un tiempo después.

– Yunnan Baiyao: Esta hierba se ha utilizado en el Tibet durante 700 años y continúa utilizándose para prevenir y tratar hemorragias con una tasa muy baja de efectos secundarios. Contribuye a la disminución del sangrado y a la coagulación de la sangre. También trata síntomas de shock. En un ensayo clínico aleatorizado se ha demostrado que el Yunnan Baiyao tiene efectos similares al misoprostol en la reducción de la hemorragia posparto severa (>1000mL) (Miller et al.2009).

La administración de Yunnan Baiao se realiza de la siguiente forma: se disuelve el contenido de 2 cápsulas en una taza con 1/4 de copa de agua templada. La madre debe beberlo todo de una vez. El sangrado se detiene inmediatamente y la madre se encuentra mucho mejor.

Un potencial tratamiento para todos los partos es la placenta, fuente de prostaglandinas y oxitocina, se ha utilizado tradicionalmente como un potente antihemorrágico en todas las culturas. El tratamiento consistiría en colocar un trozo pequeño de placenta cruda debajo de la lengua o a un lado de la boca. Generalmente el efecto es muy rápido. También se pueden utilizar partes del cordón umbilical.

Si el sangrado no procede de la placenta, habrá que localizar el origen del mismo y aplicar presión con las manos o con gasas. Se mantendrá la presión por al menos 5 minutos hasta que la sangre coagule. Suturar y si es necesario transportar. Un tratamiento tradicional sería presionar con una gasa mojada en vinagre. También se utiliza Yunnan Baiyao directamente en la herida.

La posesión de conocimientos sobre medicina tradicional para tratar la hemorragia posparto es una herramienta imprescindible y muy valiosa que incluso podría salvar vidas en los casos en los que no se utilicen otro tipo de medicinas.

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REFERENCIAS:

Apuntes de mis clases de matronería.

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